Vox Pozuelo: mientras se pelean entre ellos no trabajan por sus votantes
No sé qué le ocurre a VOX en Pozuelo que anda siempre sumido en peleas internas. Con Ignacio Fernández un sector de los afiliados echaba fuego por la boca. Supongo que lo que querían mandar. En todos los partidos políticos existen las familias, y entre ellas pugnan por mandar, igual que Bruto lo hizo con Julio César.
Ahora Ignacio ya no es el líder, sino Ainhoa García. Una chica maja y trabajadora, igual que Ignacio. Y la cosa sigue igual. O peor, porque -según me cuentan mis gargantas profundas- el grupo de concejales se encuentra dividido. Y la portavoz no se habla con ninguno. O sea, todos contra la portavoz y la portavoz contra todos.
Parece ser que prácticamente ni se saludan. Con este percal, lógicamente las reuniones de coordinación del grupo deben ser inexistentes.
Hasta dónde llegarán las peleitas que en el Pleno municipal de enero VOX no ha presentado ninguna pregunta oral. Y tiene derecho a dos. Esta dejación de funciones es muy mala noticia, en primer lugar para los ciudadanos que les han votado buscando que les representen.
Y es muy mala cosa para el partido a nivel nacional, sumido también en pugnas por el control, en luchas ideológicas. En lugar de consesuar, pelean.
Volviendo a Pozuelo, dos no se pelean si uno no quiere. Ainhoa, como líder del grupo, tendrá que dar el paso primero, dejarse de actitudes soberbias y hablar con todos, sumar a los tres concejales díscolos al carro. En estas cosas las dos partes siempre se encuentran cargadas de razones, pero ninguna tiene razón.
7.981 votantes se lo piden y cuando representas a miles de personas debes dejar el ego en el ropero. Unos y otros.
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