Crónica de sociedad: Ayusers en Pozuelo
Me pasé por el mitin de Ayuso en Pozuelo, sobrevolando, sin más. Me dan sueño estos actos. Antes de dormir la siesta voy a intentar dar alguna pincelada. A vuelapluma.
Unos 300 asistentes. Las sillas de las últimas filas estaban medio vacías (o medio llenas, si eres pepero convencido). La edad media de los asistentes superaba los cuarenta. Menores de treinta, verdaderamente poquitos. Mal augurio cuando un partido no se renueva por abajo.
En primera fila, la alcaldesa saliente Pérez Quislant. Con cara de higo pocho a punto de tirarse a la basura. Con chaqueta de color verde VOX, quizá porque ya solo le quede venderse al enemigo.
Candidatos de otros municipios, poquitos, muy poquitos. concejales de la lista, algunos, no todos. Concejales a los que la candidata Paloma Tejero ha comunicado con muy poco tiempo que no contaba con ellos, algunos también. Con cara de cabreo.
Me contaron que Enrique Ruiz Escudero había sido el primer elegido para presentarse a la alcaldía de Pozuelo. Pero Ayuso no quiso aforarlo, por lo que renunció. Todavía le persiguen los muertos de las residencias de ancianos en pandemia. Él fue el primero en intervenir como presidente del PP de Pozuelo. Convencional, discreto.
A continuación, Paloma Tejero. Una candidata de altura, como afirmó Ayuso en referencia a sus casi dos metros. Muy discreta también. Dice que quiere ser la “Ayuso de Pozuelo”.
Por cierto, una campaña esta, la de Ayuso y la de Tejero, demasiado personalista. Aquí no se habla de Feijó ni del PP. Sólo de Ayuso. Ganas de Ayuso, como ganas de tomarse un gin-tonic.
Finaliza el acto la intervención de Díaz Ayuso. Más aburrida que en otras ocasiones. Hoy no estaba en su salsa, a pesar de encontrarse en el bastión del PP. Quizá el día plomizo no ayudaba o quizá la presencia de algunos non-gratos.
En su intervención, como siempre, Ayuso ha dado la batalla de la ideología. Es de las pocas que, además de hablar de gestión, profundiza. Desenmascara las políticas ideológicas de Pedro Sánchez.
Entre los asistentes también se encontraba la ex alcaldesa de Pozuelo Paloma Adrados, que se está reincorporando poco a poco a la vida activa después de una súbita enfermedad. Como rica anécdota Ayuso “olvidó” a la todavia alcaldesa de Pozuelo Quislant. Y al referirse a Adrados hizo el juego de palabras y de cargos en Pozuelo: Ir de Paloma (Adrados) a Paloma (Tejero).
Susana Pérez Quislant es la gran olvidada. En unos meses nadie se acordará de ella, ni siquiera dará nombre a una calle de nuestra ciudad. Ya está ocurriendo y todavía no se ha ido.
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