Pozuelo dedica un monumento a la Virgen del Rocío en pleno centro de la ciudad

Juan Fernández Participación 27 Noviembre 2025

Pozuelo de Alarcón ha inaugurado este sábado un monumento dedicado a la Virgen del Rocío, que desde ahora luce en el centro del municipio, en la confluencia de las calles Luis Béjar y Tahona. El acto, cargado de emoción y simbolismo, ha contado con la presencia de autoridades, representantes de las hermandades rocieras y numerosos fieles que han acompañado el descubrimiento del nuevo retablo cerámico, obra del ceramista Carmelo del Toro.

La jornada comenzó con una solemne Eucaristía en la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, seguida de una procesión hasta el nuevo emplazamiento, donde se llevó a cabo el acto inaugural. La bendición del monumento corrió a cargo del párroco Jesús Higueras, en presencia de la alcaldesa, Paloma Tejero; el presidente de la Hermandad del Rocío de Pozuelo, Carlos Almazán; el presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Santiago Padilla; y el presidente de la hermandad madrina, la del Rocío de Villalba del Alcor, José García.

Durante el acto, la alcaldesa subrayó que “no inauguramos sólo un monumento; inauguramos un espacio que guarda memoria, fe y emoción, un rincón donde tantos de nosotros podremos detenernos y sentir que nunca caminamos solos”. Tejero agradeció especialmente el trabajo de la Hermandad de Pozuelo, y en particular de su presidente, por su “constancia, entrega silenciosa y ese amor tan sincero hacia la Virgen que contagias a quienes te rodean”.

Asimismo, reconoció el esfuerzo de “todos los vecinos que han colaborado, a las entidades culturales y religiosas, a los artesanos, a quienes han aportado su tiempo, su trabajo o su cariño”, y añadió: “Gracias por creer en un proyecto que es de todos. Gracias por demostrar que cuando una comunidad se une con fe y con ilusión, los sueños se hacen realidad”.

Al acto asistieron también la primer teniente de alcalde, Miriam Picazo, la concejal de Cultura, Almudena Ruiz, y el concejal de zona, Eduardo Oria, en una jornada que concluyó con el canto de la Salve Rociera y la procesión de regreso hasta la parroquia.