La nueva tarjeta virtual para el transporte público madrileño podría ver la luz en el año 2023
Es cuestión de tiempo. Las tarjetas de transporte público de la Comunidad de Madrid podrían ser virtualizadas en los próximos meses.
En su carrera hacia la transformación digital, el Gobierno autonómico acaba de anunciar que adaptará los abonos del Consorcio Regional de Transportes para que estos puedan utilizarse desde un dispositivo móvil. Se trata de una iniciativa que, aunque pone la mirada en el futuro, no está libre de debate.
La idea que se persigue, que además lleva aparejada la eliminación progresiva de las tarjetas en formato físico, no es otra que la de adecuar el servicio a la era del transporte inteligente. En una realidad en la ya es posible efectuar pagos con absoluta normalidad desde un smartphone o consultar el itinerario de un tren de Cercanías a través de una aplicación, no resulta extraño que el siguiente paso sea digitalizar la célebre tarjeta roja del transporte público madrileño.
La puesta en marcha de una medida como esta traerá consigo la disminución del uso del plástico y, por lo tanto, de su impacto contaminante en quehaceres tan cotidianos como el de acceder a diario a un medio de transporte. A esto hay que sumar el caudal de facilidades que presentará la digitalización, y es que desde la interfaz de una app el usuario no sólo podrá realizar el pago de sus viajes, sino tener acceso a multitud de información en tiempo real: horarios, saldo, número de viajes, recorridos, etcétera.
La tarjeta virtual que plantea el gobierno tendrá en esencia las mismas características que la actual y permitirá acceder mediante un código en el teléfono móvil a todas las estaciones de Metro, a los autobuses de la empresa municipal y a los interurbanos de la Comunidad de Madrid. Para ello, el viajero tan sólo deberá tener instalado en el teléfono un monedero virtual, con independencia de que el sistema operativo sea iOS o Android, que son los que se admiten. Poniendo en práctica este procedimiento no será necesario llevar encima la tarjeta física.
En cuanto a la protección de los datos personales que forman parte de cada tarjeta, se está trabajando en un sistema de software que garantice la salvaguarda de este tipo de información ante la amenaza de los hackers. La idea es impedir que todo el contenido sensible, ya sea un número de cuenta bancaria o una clave de identificación, quede a la vista de terceras personas. De esta forma, el modelo a seguir en el plano informático está siendo el que llevan años empleando aquellos grandes espacios de internet que acostumbran a manejar un volumen ingente de datos con absoluta seguridad, como son los bancos de nueva generación o cualquier casino nuevo online que esté dotado de la tecnología más avanzada. La industria del juego es una referencia en este ámbito, y es que se ha especializado en la combinación de diferentes recursos para encriptar los datos que viajan desde la web hasta el servidor. Destacan sobre todo el protocolo SSL (Secure Sockets Layer), el sistema KYC (Know your customer) y la autenticación en dos pasos, recursos todos ellos que, bien implementados, hacen posible que los casinos sean en la actualidad unos de los sitios mejor protegidos de la red.
No obstante, teniendo en cuenta que todavía existe un porcentaje de usuarios que se resiste a dar el paso hacia el escenario digital, ya sea por cuestiones generacionales o de costumbre, la tarjeta tradicional seguirá estando en activo para quienes lo deseen. Si bien es cierto que desde el gobierno se está apostando fuerte por la utilidad de las nuevas tecnologías, la brecha digital continúa dándose de manera significativa en multitud de sectores de la sociedad.
Ante un panorama así, el consistorio ha lanzado una dotación económica de ochenta mil euros para mitigar la falta de competencias en el manejo de estas herramientas. En este sentido, se creará un programa de capacitación formativa de carácter telemático que irá dirigido fundamentalmente a aquellos entornos familiares que necesiten mejorar sus habilidades en el entorno digital. Sin embargo, cabe destacar que este plan didáctico no tiene influencia sobre la decisión de las personas que prefieran seguir usando la tarjeta física.
Para vehicular adecuadamente la digitalización de las tarjetas de transporte público de la Comunidad de Madrid se han invertido unos siete millones y medio de euros, un dinero que se ajusta a la fase de cambio comprendida en el año 2021 y el 2025. En esta franja temporal se está llevando a cabo el desarrollo tecnológico que facilite la adaptación de la tarjeta a los dispositivos móviles.
La previsión marca que será en el próximo mes de octubre cuando se active la prueba piloto, en la que participará aproximadamente un millar de usuarios y que dará paso a la puesta en funcionamiento oficial del servicio, que podría estar operativo a partir de 2023. Hasta la fecha, todo marcha según lo previsto, aunque las dudas entre los usuarios ya se han hecho notar, y es que no tienen claro que la propuesta llegue a materializarse. Además, tampoco se sabe si se virtualizarán aquellas tarjetas de uso temporal que no cuentan con un nombre de registro y que pertenecen a viajeros de fuera de la Comunidad. Por el momento, las autoridades implicadas no han dado información al respecto.
Este proyecto de tarjeta virtual llega ahora para ampliar la iniciativa que ya instauró la Consejería de Transportes e Infraestructuras hace un año, consistente en la creación de una app que permite recargar los abonos de forma online.
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