Sidorella Bracic: del lanzamiento de peso a jugar en el Olímpico de Pozuelo y la selección nacional de rugby
Tres cursos lleva Sidorella Bracic en las filas del Olímpico de Pozuelo, el equipo de rugby femenino en el que triunfa a día de hoy en la máxima categoría y en el que recaló después de una curiosa trayectoria.
De ascendencia italomontenegrina, la jugadora leonesa de 28 años ha logrado llegar a lo más alto de esta disciplina a pesar del corto periodo de tiempo que lleva sumergida en ella, apenas seis temporadas. Sus inicios como deportista hay que situarlos en el atletismo, donde estuvo más de una década centrada en el lanzamiento de peso. Desde ahí, su progresión ha sido imparable, hasta convertirse en una pilier que también viste la camiseta de la selección.
Fue una lesión de muñeca lo que cambió el rumbo de su vida. En 2015, Sidorella lograba firmar un quinto puesto en el Campeonato de España absoluto de lanzamiento de peso, sólo siete días después de haberse colgado la medalla de plata en los Nacionales de las categorías inferiores, una de tantas en su dilatada carrera profesional. Tras esto, llegó el punto de inflexión; la joven atleta sufría una torsión de muñecas en una prueba de pesas que le obligó a permanecer durante meses alejada de la pista. Aunque logró recuperarse plenamente de su lesión, tuvo espacio para replantearse su futuro inmediato. Siguiendo el consejo de unas amigas, comenzó a coquetear con el rugby a modo de hobby, empapándose de los valores de equipo que tal vez echaba en falta tras años de atletismo en solitario.
El asunto cuajó tanto que en 2016 inició su andadura como jugadora en el ULE Albéitar, el equipo femenino del León Rugby Club. Su crecimiento aquí fue prometedor desde el minuto cero. A base de constancia y trabajo llegó a iniciarse unos meses más tarde con la selección de Castilla y León. Fue precisamente en las Series Nacionales de Seven donde Sidorella encontró el impulso definitivo para continuar sellando retos de mayor categoría. Sumida en el campeonato, recibió la sugerencia crucial de su entrenadora autonómica, Irene Schiavon, que le aconsejó trasladarse a algún equipo de Madrid para poder jugar en la División de Honor y contar con las opciones de llegar a la selección absoluta. Bracic tenía –y tiene- cualidades, conocimientos técnicos sobre agrupamientos en primera línea y una fuerza física ideal para ello, así que terminó fichando por el Olímpico de Pozuelo y debutando el pasado año en el equipo nacional de José Antonio Barrio.
Fue precisamente en febrero del curso pasado cuando la pilier leonesa formó parte del combinado español que consiguió hacerse con el octavo título europeo frente a los Países Bajos en un día que la propia jugadora recuerda como inolvidable. El recorrido hasta la gloria estuvo marcado por su estreno con la roja en la final del campeonato, un partido en el que jugó veinte minutos y en el que demostró que sus dotes como atacante están a la altura de las circunstancias. Desde entonces, ha estado presente en todas las convocatorias de la selección, lo que le ha ayudado a construir un nuevo propósito a medio plazo: disputar un mundial y, por supuesto, ganarlo.
En plena etapa de crecimiento deportivo, y más allá de los logros alcanzados como jugadora de rugby, Sidorella se encuentra a día de hoy centrada en el Olímpico de Pozuelo, a sólo una jornada de confirmar el pase a los playoffs y cerrar así la fase regular de la categoría reina en la lucha por el título. Después de su última derrota frente al Corteva Cocos Rugby, el conjunto de la jugadora leonesa no se coloca precisamente como favorito en las apuestas online en España para firmar un final de temporada marcado por el éxito. Eso sí, los primeros pronósticos sobre el papel que tendrá Sidorella en esta última fase apuntan a su mejor versión en el juego. Habrá que esperar al desenlace.
A sus veintiocho años de edad, Sidorella acumula tan sólo media docena de ellos dedicada al rugby, pero la progresión que ha sabido mantener hasta la fecha la posiciona como una de las mejores jugadoras de España. Bracic es graduada en Ciencias de la Actividad Física y del deporte, tiene un Máster en Entrenamiento y Rendimiento y está estudiando fisioterapia. En la actualidad es muy difícil vivir de un deporte como el rugby, por lo que se hace fundamental, a pesar de los horarios de entreno, compaginarlo con otro trabajo.
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