Las mejores tecnologías en la agricultura de precisión

Las dificultades generadas por la covid-19, más el creciente problema del cambio climático y sumado a algunas previsiones futuras como, por ejemplo, el significativo aumento de población en las próximas décadas, dejan claro que es necesario obtener una mayor producción de alimentos, pero protegiendo el medio ambiente y los que nos rodea.

En ese sentido, la agricultura de precisión emerge como la forma de gestión agrícola con mejor perspectiva, pues basa su sistema en apoyarse en la tecnología en todos los pasos. La agricultura de precisión busca un uso razonado y sin malgastar de los insumos y recursos naturales, de modo que los agricultores usen agua, semillas, fertilizantes o pesticida solo dónde y cuándo se necesite y la cantidad exacta, pues no todas las partes del campo tienen las mismas necesidades. En general, permite ahorrar al gastar menos y mejorar el rendimiento de los cultivos.

Dispositivos móviles

Los dispositivos móviles llevan mucho tiempo entre nosotros, pero es en los últimos años cuando se han transformado en dispositivos inteligentes capaces de realizar multitud de tareas. De hecho, se calcula que hay más dispositivos que personas.

El uso de dispositivos móviles favorece la agricultura pues los exploradores pueden estar en contacto directo con otros exploradores o su superior, orientarse haciendo uso del GPS incorporado o tomar fotos en el lugar si detectan algún problema.

Gestión del riego

Considerando que el agua potable es un bien tan valioso como escaso y que la agricultura acapara un gran porcentaje del uso de esa agua, hace falta cambiar los hábitos de uso del agua en el sector.

Gracias a herramientas como sensores o los análisis que llevan a cabo los programas de software especializados, se puede saber qué zonas del campo tienen sus necesidades de agua cubiertas y cuáles requieren de riego. De este modo, no solo los cultivos se mantienen sanos, se ahorra agua y se evita que puedan surgir problemas como anegamientos.

Siembra mediante aplicación de tasa variable

Del mismo modo que se mencionaba en el punto anterior un uso consciente del agua, las semillas también pueden aplicarse atendiendo a las necesidades de la planta y lo que el campo puede aportar.

Las fases tempranas de crecimiento son vitales para obtener en el futuro una planta grande y robusta capaz de proveer un buen rendimiento que se traduzca en beneficio económico. Si se plantan semillas de forma estandarizada en el campo, en una zona con baja productividad las plantas que allí crezcan no podrán igualar la calidad y cantidad del fruto de aquellas plantadas en una zona con suelo fértil y repleto de nutrientes.

Modelización meteorológica

La meteorología es una variable que influye de forma clara en la agricultura, por eso es importante invertir en herramientas que sean capaces de dar una previsión meteorológica fiable. Conocer datos como la velocidad y dirección del viento, temperatura y humedad relativa del aire o la nubosidad permiten ajustar las actividades de campo en función de la climatología.

Además, un modelo predictivo que permita conocer el tiempo en los próximos días pone en alerta a los agricultores ante eventos climáticos extremos para que puedan tomar todas las medidas posibles para minimizar su impacto.

El Internet de las cosas (IoT)

El concepto de Internet de las cosas hace referencia a la capacidad de conectar diferentes dispositivos a Internet y entre sí. Esta idea está cada vez más asentada en hogares domésticos y la agricultura quiere beneficiarse de esta idea.

Obtener datos constantes de los sensores instalados en el campo, imágenes en directo de las cámaras o información recogida por los vehículos autónomos que trabajan en el campo de modo que automáticamente acaben en el programa usado para la gestión agrícola ayuda a conocer al momento lo que está ocurriendo en el campo.

Estos son solo algunos de los puntos clave que forman la agricultura de precisión. El concepto engloba diferentes y dispositivos, pero siempre persiguiendo el mismo objetivo: optimizar el proceso agrícola.