Salvador Victoria

Estamos asistiendo a una degradación de la prensa de papel que no tengo palabras para calificarla. Posiblemente, a causa de su pérdida de lectores y a la búsqueda desesperada de venta de periódicos, pero empieza a ser insoportable. Y, aunque es cierto que he defendido a lo largo de mi vida la libertad de expresión hasta, incluso, más allá de la ley, no estoy de acuerdo en absoluto que esa libertad se use para darle credibilidad a un presunto delincuente que, como es natural, usa su derecho a defenderse para liar el proceso todo lo posible y, de paso, alargarlo. Conocen, perfectamente, que España es un Estado garantista y que los procesos se dilatan cuando se lían.

Pero hay más. Con el agravante que muchas de esas supuestas informaciones tan 'investigadas' lo que están es 'robadas' de los sumarios. Lo que no deja de ser una corruptela más.

Ha pasado Luís Bárcenas y pasa ahora con Salvador Victoria, el consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid.
Al parecer, según un periódico en la ruina, Victoria hizo gestiones, en nombre del PP, en el caso Gurtel. Y todo porque Pedro Crespo, uno de su cabecillas, lo dijo en unas declaraciones. Y, como lo dijo, hay que creerle. Y no dijo también, en esa grabación, que el consejero estuvo en la conjura para asesinar a Viriato porque le pareció excesivo. Y, a partir de ahí, a vender periódicos.

Por supuesto, Salvador Victoria negó al diario la información y matizó que en ningún momento hizo de mediador con la trama y que, como responsable jurídico del partido en aquel momento, se opuse al pago de las referidas facturas por razones jurídicas, ya que eran actos que no habían sido encargados por el PP regional. Pero ya da igual. Lo escrito, escrito queda.

Se da la circunstancia, incluso, que los hechos denunciados se produjeron en 2002, antes de que los actuales responsables del partido, incluida la presidenta del PP madrileño Esperanza Aguirre">Esperanza Aguirre, llegasen a la dirección del partido. Pero, insisto, ya da igual. Se manchan nombres honorables sin pruebas pero se venden periódicos.

Por supuesto, y por muchas razones, confío en la inocencia de Salvador Victoria pero, además, es lo que me exige el respeto constitucional a la presunción de inocencia. Y es que parece que algunos han olvidado que la presunción de inocencia es la base de la democracia.
En cualquier caso, estas cosas solo pasan en España. Y la culpa la tiene una legislación que permite que los jueces eternicen los procesos.
Creo que ya va siendo hora de que se juzgue "la trama Gürtel" y el caso deje de ser el recurso de la izquierda y de los malos periodistas para sacarla cada poco para cubrir intereses espurios.

Antonio L. Rodríguez

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