<"noticia_intro">Como si de un encantamiento se tratase, la mezcla de toreo, danza, cante y pasión flamenca provocó, el pasado sábado, que el público del
MIRA Teatro rompiese en aplausos al finalizar el espectáculo de la Compañía de Rubén Olmo,
'Belmonte. La danza hecha toreo'
Juan Belmonte tomó la alternativa el 16 de septiembre de 1913 en Madrid. Desde entonces se convirtió en uno de los referentes taurinos de nuestro país.
Sólo una cosa pudo truncar la exitosa carrera de Belmonte: la muerte en los ruedos de su rival y amigo, Joselito 'El Gallo'.
La compañía del bailarín Rubén Olmo dibujó con maestría la vida del torero, sus pillerías en las
calles de Sevilla, el ambiente de los tablaos y sus viajes por Latinoamérica. Sólo
un final un tanto precipitado sacó a los espectadores de
este universo de flamenco y toreo, adornado, de una manera excepcional, por
la voz de Mara Martínez.
Pero más allá de la garra y el arte que tanto bailarines como cantaores y músicos pusieron en el escenario, 'Belmonte' consiguió transportar a los pozueleros a
la Edad de Oro de la tauromaquia gracias a su
original puesta en escena que crea ambientes y lugares, evocando a la imaginación del espectador.
Tras hora y media de emociones y pasiones, el público del MIRA
Teatro despidió a la compañía con
un merecido aplauso.
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