La Transparencia Internacional de Pozuelo

La organización Transparencia Internacional acaba de hacer públicos los datos de medición del grado de transparencia de los 110 mayores ayuntamientos españoles en 2017. Son 80 indicadores los que mide, repartidos en seis áreas. Y sólo 25 de esos 110 ayuntamientos cumplen con todos los criterios de transparencia que ha fijado esa organización. Entre ellos está el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcónn.

Y a mí me parece muy bien que se den pasos por la transparencia, por el gobierno abierto y por la participación ciudadana. Pero creo que este índice se está quedando algo anacrónico.

El Ayuntamiento de Pozuelo cumplirá el 100% de los criterios que propone Transparencia Internacional. No me cabe la menor duda. Pero este ayuntamiento no es transparente, por mucho que lo diga esta organización. Por mucho que lo repita el propio Consistorio y se lo autopregunte en el Pleno municipal.

No comprendo cómo se puede afirmar que un ayuntamiento es transparente cuando es la tercera vez que contesta con evasivas a la pregunta escrita de Ciudadanos Pozuelo sobre los criterios objetivos de contratación de la publicidad institucional.

No entiendo cómo se puede ser transparente cuando se niega a los partidos de la oposición hacer fotocopias de los expedientes que quieren trabajar, y se les obliga a consultarlos delante de los directores generales.

No concibo que la zona de alcaldía está cerrada a cal y canto. El búnker la llaman. No entra en mi pequeña cabeza de avispa que la alcaldesa nunca llame a los portavoces de la oposición para contrastar decisiones. Tampoco que los propios portavoces no tengan el teléfono de la alcaldesa para dirigirse a ella sin intermediarios. Susana Pérez Quislant cambia de número de teléfono cada cierto tiempo para ser transparente.

Esto no es transparencia, por mucho que lo diga un organismo internacional.