Desconcierto en la granja

Amigos, han tocado la corneta de órdenes. Y la orden es expeditiva: barra libre contra Zapatero. Por fin el diario El País ha tenido la amabilidad de informar a sus lectores de que estamos en crisis y de que vamos pendiente abajo. Y lo más importante: el que nos arrastra por la pendiente es el presidente del Gobierno. Cojonudo. A buenas horas. Pero nunca es tarde. Todavía queda una legión de incautos para quien El País es la biblia. Ahora la ciudadanía de izquierdas ya tiene la bendición para poder creer que verdaderamente hay una crisis. Juan Luis Cebrián quiere bailar sobre la tumba de Zapatero. No está claro que lo consiga. Y podría ser que quien acabase bailando sobre la tumba de Cebrián fuese Zapatero. Yo tiendo a pensar que cuando las cosas se pongan feas, más todavía, feas de verdad, quiero decir, El País volverá a sonreírle. Dará otro golpe de timón, corregirá el rumbo y seguirán arrimando el hombro. Como han hecho siempre. De estos pájaros hay que esperarlo todo.

Pero de momento estamos en lo que estamos. Fuego a discreción. Fuego amigo, que siempre es el más jodido. Hacía muchos años que en El País no se juntaban tantas verdades impresas en tan poca superficie de papel. Hay desconcierto en la granja socialista. Por si acaso todavía queda algún despistado, esto no tiene nada que ver con el periodismo de verdad. Ni mucho menos con las ideologías. Ya nos dijo Tocqueville que más que las ideas, a los hombres los separan los intereses. Y aquí el interés de Prisa es cómo salir del atolladero de su gigantesca deuda, que ya anda por los 6.000 millones de euros. He dicho 6.000, y he dicho bien. Y el interés de Zapatero, al aprobar por decreto la TDT de pago, es beneficiar a sus amigos de La Sexta, Mediapro y Público, que en cuestión de deudas tampoco están para tirar cohetes. Y también son otros buenos pájaros.

Hablando de despistados, y acercándonos a terrenos más próximos, es probable que algún infeliz se haya acercado al nuevo polideportivo del Valle de las Cañas. No de visita turística, sino con el ánimo de practicar algún deporte. Mal hecho. Perdonen este salto tan brusco, pero realmente a mi me ficharon aquí para escribir sobre Pozuelo, y siempre caigo en otras tentaciones mucho más apetitosas. Han dicho en Diario de Pozuelo, quienes siguieron el último Pleno municipal, que los concejales del PP salieron vivos. Yo esta tendencia a repartir chocolatinas a los que gobiernan no la entiendo muy bien, pero ellos sabrán. Tal vez lo digan por la concejala de familia, Beatriz Pérez Abraham, que se defendió brillantemente en el asunto del botellón.

Y supongo que no lo dicen por el concejal de Deportes, Ignacio Costa, que dio unas surrealistas explicaciones sobre la situación del Valle de las Cañas. No pertenezco al Club Baloncesto Pozuelo, ni tampoco soy jugador del Real Madrid. Conclusión: no puedo utilizar aún el nuevo polideportivo. Ellos, sí. Yo soy vecino de Pozuelo, y pago aquí mis impuestos municipales. Ellos, no. ¿Ustedes lo entienden? Yo, tampoco. Pero el caso es que un impresionante polideportivo, que le ha costado al ayuntamiento 20 millones de euros, y que aún no está inaugurado, está siendo utilizado desde hace semanas por el Real Madrid y no por los vecinos. Digo yo que cuando toque hacer campaña electoral para pedir el voto, el Real Madrid, por lo menos, vendrá a ayudar.

Así están las cosas. Buenos días y buena semana. Y tengan cuidado ahí fuera.

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